Para empezar, combine 200 g de harina con 200 ml de agua tibia en un recipiente no metálico; un frasco de vidrio es perfecto. Déjelo descubierto y guárdelo en un lugar cálido durante la noche. Al día siguiente, 'dale de comer' descartando la mitad y agregando otros 100 g de harina y 100 ml de agua tibia..