Los tomates perfectamente maduros deben mantenerse a temperatura ambiente en el mostrador, lejos de la luz solar. Asegúrese de que estén en una sola capa, sin tocarse entre sí, y con el tallo hacia arriba. Consumir en un par de días. Los tomates demasiado maduros que son suaves al tacto con pulpa muy roja se guardan mejor en el refrigerador..