Para las harinas elaboradas a partir de granos (amaranto, trigo sarraceno, maíz, mijo, quinua, harinas de arroz, sorgo y teff), cómprelas siempre etiquetadas como sin gluten, ya que muchas se cultivan, cosechan y procesan en instalaciones que también fabrican trigo, cebada o centeno y puede ocurrir contacto cruzado.