Extienda las fresas limpias, enteras o en rodajas en una sola capa en una bandeja para hornear o en platos. Coloque la fruta en el congelador, sin tapar, durante dos horas. Este paso es lo que asegura que las bayas permanecerán separadas una vez que estén congeladas. Transfiera las bayas congeladas a bolsas o recipientes para congelar..