Alimento para el pensamiento: la dieta a base de carne nos hizo más inteligentes Nuestros primeros antepasados consumían una dieta de alimentos crudos que requería una inmensa energía para digerir. Pero una vez que comenzamos a comer carne rica en nutrientes, nuestros cerebros hambrientos de energía comenzaron a crecer y nuestras tripas comenzaron a encogerse. Cocinar esos alimentos no solo los hizo más seguros, sino también más fáciles de digerir..