Verás los mejores resultados de almacenamiento cuando guardes la calabaza en un lugar fresco y seco. Para la mayoría de las calabazas de invierno, almacénelas entre 50º y 55º F con una humedad relativa de 60 a 70 por ciento. La única excepción, nuevamente, es la calabaza bellota, que debe mantenerse a temperaturas inferiores a 55ºC. Las temperaturas más altas hacen que la pulpa se vuelva fibrosa..